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Nacho Puerto: Delicadeza y precisión….

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NACHO PUERTO

Art Dam, Castellón, enero 2013

Una mirada introspectiva, un viaje al inconsciente. El dilema de la percepción. Nacho Puerto acerca su mundo interior a través de la exposición ‘Pintura metafísica’, que puede visitarse en la histórica galería Art Dam hasta el 26 de enero.

Tras realizar un recorrido por la sala y analizar el título de la muestra, el espectador es capaz de entender que el artista pretende acercar una visión de algunas de sus preocupaciones. Así, observamos imágenes que retratan el paso del tiempo, personificado aquí por unas manos ancianas, o el “memento mori” –siempre presente en nuestras vídas, desde el primer día– mediante una calavera paradójicamente asfixiada con una bolsa de plástico, el cuerpo aparentemente desnudo de una mujer que nos observa, entornos urbanos…

Nacho Puerto yuxtapone diferentes cuadros liberando su mente maquinal más allá de la realidad física. Sus imágenes captan de inmediato la atención del ojo que observa, atento, esos trazos realistas cargados de contemporaneidad. Y es que, si hubiera que definir el estilo de este joven artista, podríamos calificarlo de realista o, mejor dicho, pictoralista, puesto que incide en el detalle, en reflejar y transmitir fehacientemente esa realidad oculta. 

 

semejanzas

La obra presente en esta exposición se podría enlazar, por ciertas semejanzas visibles, con la de un gran pintor castellonense como Traver Calzada, quien cuida y mima cada uno de los detalles. La obra del burrianense no deja lugar a duda sobre el hecho de que detrás de cada pintura existe un gran dibujante que, posteriormente, desprende delicadeza, precisión y virtuosismo en cada una de sus pinceladas. En el estilo de Nacho Puerto se intuye lo mismo. No hay más que detenerse ante los retratos que realiza o esas imágenes de unas manos enjutas por el paso del tiempo. Curiosamente, esas manos recuerdan por su fuerza a las famosas y características manos del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, donde la expresión del gesto se transforma en realidad. Una extremidades que transmiten sufrimiento, que plasman las huellas y los golpes de la vida y el transcurrir del tiempo.

Puerto se desvela como un pintor de situaciones, de encuentros y reencuentros –con nosotros mismos, con el miedo, con la ciudad, etc.–, de memoria, de sensaciones… Nos concede la oportunidad de imaginar una atmosfera de reflexión a través de una serie de retratos que muestran la esencia de sus verdaderos protagonistas, nosotros, además de reflejar nuestro paso del tiempo, nuestra ciudad, nuestros secretos o miedos ante la fragilidad de la vida y la muerte cercana. Todo ello, bajo la atenta mirada de unas pinceladas suaves y firmes.

Su técnica y su estilo incipiente, nos recuerda a la de un ser curioso por la vida y los seres humanos que habitamos en ella, inquieto y que experimenta fusionando una pintura de carácter realista con matices modernos típicos de la pintura de las vanguardias.

Imposible obviar sus “retratos diédricos” y sus composiciones pictóricas que parecen fragmentadas. Sin duda, existe entre todas sus obras un diálogo secreto cargado de simbolismo. El trabajo de este artista valenciano sorprende por su impacto visual. No deja a nadie indiferente. Como confesaba Paco Puig, alma mater de Art Dam, “esta exposición es muy interesante”. No se equivocaba el buen hombre. Una obra cohesionada, atractiva y, sobre todo, que no deja a nadie indiferente. Un futuro más que prometedor.

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