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Fanny Galera: ‘Ensoñación susurrada’

FANNY GALERA

Galería Octubre, Universitat Jaume I, mayo 2012

“Cuando empiezo a trabajar en un proyecto, en un grupo de piezas que corresponden a una etapa de mi vida, comienzo como si plantara semillas que deben crecer todas juntas. Normalmente trabajo en todas las piezas a la vez y también las termino todas a la vez; porque si acabo una sola, ésta no se puede nutrir de las otras”.

Cada una de las piezas de Fanny Galera está directamente conectada con todas las demás y, al mismo tiempo, con el espacio de la sala de exposición con la que interactúa indirectamente. La obra de esta artista se vincula  categóricamente a la tradición artística que busca la simbiosis perfecta entre escultura e instalación, en la que el espacio arquitectónico forma parte decisiva del resultado final –como pueda darse en la obra del estadounidense Richard Serra–. Galera busca la complicidad con el público al usar materiales cotidianos –ollas, sofás, cucharas, tenedores, etc.– logrando familiarizarnos inmediatamente con su contexto más cercano, el doméstico, para que, acto seguido, nos identifiquemos con su obra, sus protagonistas, sus estados de ánimo, su condición. Se podría decir, que desde el primer momento el espectador conecta inconscientemente con su trabajo. Ciertamente, es imposible no deleitarse con la minuciosidad, la delicadeza, la pureza o el silencio que transpiran sus obras, transportándonos a un mundo de ensueño sublime, donde se respira la paz y la belleza que irradian sus esculturas.

La obra de Galera, a lo largo de estos años, se ha caracterizado por la contraposición, o lo que en el campo de la estética denominamos juego de contrarios. Digamos, que yuxtapone a la vez que enfrenta lo débil y lo fuerte, lo masculino y lo femenino, lo interior y lo ajeno, etc. Recorrer la exposición ‘Respiro tus silencios’ es adentrarse en un viaje de introspección. Asimismo, juega con el espacio que le rodea –su cotidianidad– e invita al público a recorrerlo conjuntamente hacia asuntos mucho más universales y generales, pero siempre bajo el halo existencialista propio de la artista.

Fanny Galera, al igual que la artista catalana Eugenia Balcells, cree en el arte de manera esencial, unido al mundo real, con los mismos métodos de relacionarse. Ambas opinan que existe una visión de las cosas desde la experiencia de lo femenino, que en definitiva es más flexible, menos lineal, que contempla globalidades y, por tanto, reivindican lo femenino como un elemento esencial para todo ser humano. En este sentido, profundizar tanto en nuestro lado masculino como femenino nos da una visión completa y total de la realidad y de nosotros mismos, es decir, un punto de vista más equilibrado y global.

libertad

Hablar de ensoñación pictórica en la obra de Galera, es hablar de la sensación de libertad, de que todo es posible, de soñar y dejar volar nuestra imaginación sin límites. La artista proporciona el escenario perfecto para liberar nuestra mente. Un espacio regido y protagonizado por sus personajes que, de forma aparentemente involuntaria, nos susurran pensamientos, ilusiones y desilusiones… Todo bajo un espíritu de conformidad armónica.

Muchas horas de taller se traducen en un gran dominio técnico, que permite a la artista el hecho de dejarse llevar por sus pensamientos y emociones a la hora de trabajar. Pero no sin antes investigar las calidades, las cualidades y las posibilidades físicas de cada material que suele emplear. De este modo, crea un sinfín de contrastes y texturas gracias a la combinación, casi melódica, de metales, gres, piedras, cristal, resina, porcelana, madera… que provocan en el espectador una explosión de sensaciones.

En definitiva, esta muestra –que podemos visitar en la Galería Octubre de la UJI hasta el 1 de junio–  es el reflejo del devenir interior e íntimo de la artista, sin olvidar que le interesa, particularmente, la comunicación que establece y mantiene con el público y con su entorno, a través de su trabajo. De ahí que sus personajes cambien de escenario y de estados de ánimo, desde la más absoluta y fría soledad hasta la más animosa concurrencia; y que sus protagonistas interactúen simultáneamente con el público. Pero, a pesar de las múltiples conexiones e interacciones que se establecen entre sus personajes y los visitantes, la obra de Fanny Galera siempre retorna a su ensoñación silenciosa.

 

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